Que en el mercado puedan encontrarse ya robots sexuales (su costo supera los 12.00 dólares) con semblantes intercambiables (de esta manera, se podría cambiar de pareja día a día) o que comience a proponerse la apertura de burdeles en los que los servicios sexuales serían prestados por robots de este género, da cuenta de de qué forma, poco a poco, la digisexualidad se marcha abriendo camino en el imaginario de la gente. Para los defensores de la digisexualidad y de las posibilidades de estos robots sexuales, éstos ayudarán a tratar trastornos y también a calmar el desencanto que, en ciertas parejas, pueda producir el adormecimiento de la pasión. En noches de desinterés sexual entre los miembros de la pareja, uno de los miembros de la pareja desencantada podría servirse de los hurtos sexuales sin por este motivo poner en riesgo la relación (al menos a priori). La tensión sexual. El carácter de tensión de la excitación sexual plantea un inconveniente, cuya solución se muestra tan bastante difícil como importante sería para la inteligencia de los procesos sexuales. Pese a la diversidad de opiniones reinante sobre esta cuestión en la Psicología moderna, he de mantener mi aserto de que una sensación de tensión debe ser de carácter displaciente. Imaginemos a un juguete en su caja, de formas atractivas y colores llamativos… mas inerte, inútil de lucir sus encantos por sí solo. La pila, en cambio, llena de energía, llega presta a infundirle vida a su juguete, y consigue que ese montón de plástico se mueva, hable, pasee, encienda sus luces y se comporte tal y como si fuera un turismo de Fórmula Uno o un payaso. Mas esa misma pila tan suficiente frente al juguete, es muy poquita cosa sin su amasijo de plástico y de metal. Sería un cadáver inútil; lleno de posibilidades, sí, mas sólo un cadáver hasta el momento en que se pruebe lo contrario, hasta que justifique su existencia al unirse con otro ser al que pueda dar vida.
Cómo perdurar más en la cama
De igual manera que un buen fragancia a comida nos puede hacer querer irreprimiblemente comer ese determinado plato o bien un perfume estimar besar apasionadamente a una persona, del mismo modo un mal fragancia o bien un buen fragancia que no encaje con nuestro gusto, nos puede hacer rechazar algo que nuestra educación o bien sensatez nos fuerza a admitir. No me quiso decir nada porque según ella, yo no era más que un ignoto. tenía muchos amigos por el Internet mas no le contaba su problema a ninguno de ellos. En verdad, ella no confiaba en nadie. Dicho de la forma adecuada, absolutamente nadie sabía nada acerca de ese infierno en el que ella vivía por causas cariñosas. no paraba de plañir día y noche pues su ex novio la había dejado. Por sus respuestas, yo sabía muy bien que ella tenía un problema muy grave mas yo no sabia cual era su problema. Yo estaba muy dispuesto a ayudarla en todo cuanto podía. Sin embargo, no me quiso dar su confianza, de ahí que tuve que pensar en buen plan para poder ganarle la confianza. Porque sabía realmente bien que si yo le llegara a ganar su confianza entonces ella me contaría sus inconvenientes. Mi plan era primero contarle a ella una de mis historias de amor. En tanto que la mejor forma para ganarle la confianza de alguien es darle a ese alguien tu confianza. Era por esta razón que yo decidí contársela. Tras haberle contado una de mis historias de amor a esa chica. se quedo sorprendida porque se percató de que mi historia era muy parecida a la suya. Mas antes que ella me empezara a contar la suya, ella me hizo otras preguntas.
La noche permitirá una posibilidad que, de día, resulta bastante improbable: la de sentarse justo en la ribera, en ese espacio recorrido una y otra vez por el relamido ritual de las olas. El chico se sentará sobre la arena y la chica lo hará sobre las piernas de él, envolviendo con las piernas la cintura del chico. Encajados hombre y mujer, van a ser las olas quienes vayan marcando el ritmo del coito. Sólo va a haber que abandonarse entonces a los caprichos de la naturaleza para sentir los efectos completamente exquisitos de su magia. Halla un lugar tranquilo. Una música suave y una luz tenue pueden ayudarte a crear un ambiente relajado. Siéntate con comodidad, sosteniendo la espalda recta y relajada. Preferiblemente lleva ropa que no sea ajustada. Respira hondo y relaja los hombros y brazos y ve relajando todo tu cuerpo. Elige una hora al día donde vas a parar, a meditar por servirnos de un ejemplo lo primero que hagas al levantarte todos y cada uno de los días, sin distracciones. Anota todas y cada una de las ideas que te vengan.
Algo que me sorprende en estos tiempos, es ver a tantas parejas que se engañan unas a otras, entregan lo que no tienen para sí y brindan al otro un mal llamado amor cuando no saben ni siquiera como amarse a sí mismos. Alcance una mano alrededor del costado del abdomen en la cintura y refleje este movimiento con la otra mano en el lado opuesto del vientre. Comience un tirón lento y fuerte de la carne lateral hacia arriba y cara la línea media del cuerpo. Sin levantar las manos del cuerpo, prosiga el movimiento con cada mano alrededor del lado opuesto del vientre. Repita el movimiento de levantamiento, cruzando de manera firme la espalda hasta que haya trabajado hasta los hombros. Este movimiento se llama abrir la puerta de la semilla. En el momento en que un hombre utiliza un cinturón, el centro del corazón (espontaneidad y juego) se desconecta de los genitales (logro y orientación de la meta). Abres un camino hacia la sexualidad lúdica y no orientada cara objetivos.
Se rió ¿qué podría ser peor?
Si fuera de esta forma, y ya antes de empezar a comprar en un sexshop o bien en una tienda especializada materiales específicamente bondage, todavía tendrían la posibilidad de probar ciertas ataduras efectuadas con vendas. Si se realizan ese género de ataduras o si, por ejemplo, se desean unir (como si de una momia se tratase) los brazos al cuerpo o bien a los costados del mismo, hay que tener siempre y en todo momento en cuenta que debe existir una cierta holgura y, por supuesto, que el juego debería interrumpirse en aquel momento en que la persona atada se sintiese singularmente estresada, incómoda o dolorida. Como habituamos a decir: el bondage, amateur o no, es una manera de pasarlo bien, no de lesionarse.
Como comentábamos en los primeros apartados de este texto, la belleza, es una cuestión de seguridad, de actitud. Claro, ¿qué sucede con esto? Que el pardillo no tiene esa actitud ni esa seguridad propias del hombre de veras. El pardillo es completamente previsible pues siempre y en toda circunstancia complace todos nuestros deseos a la primera, sin que nosotras hagamos nada por él, lo que sugiere que no se valora lo bastante y eso nunca resulta atrayente en un hombre. En este sentido nos acabamos aburriendo de este tipo de individuo pues no nos afirma nada, es algo hastiado, insípido, demasiado transparente. Su timidez no aporta ningún tipo de excitación a la relación y sus chistes (para qué vamos a engañarnos) no nos hacen gracia.
Subimos dos pisos con lo que llegamos al último de los que disponía el castillo. Una vez llegamos a la puerta de la nueva habitación, se me pidió aguardar fuera. Ellos desaparecieron dentro, yo mientras que seguía observando, inquieta, excitada, pendiente, esperando el próximo paso. Todo esto era nuevo para mí, no para el resto del conjunto, o al menos, realizaban cada movimiento como si hubiesen estudiado hasta el último detalle de lo que había de ser todo el ritual. Rara vez entra la razón en un caso así por que solo hay 2 opciones dolorosas: una alternativa es defendernos si es que nos están demandando el divorcio; la otra alternativa es empezar el divorcio por que vemos perdido el matrimonio por alguna causa que ha generado nuestra pareja o mismos. En todo caso, las dos son dolorosas, mas se tienen que hacer.
¿Por qué? Por 2 motivos
En nuestra cultura, entendemos el vínculo de pareja ante todo como una institución emotivamente gratificadora. Por esta razón, el convivio armónico, el deleite sexual y las muestras de afecto son elementos protagonistas que deben conservarse a toda costa durante la vida matrimonial. Ve poniendo a tono sus sentidos. Que sienta y comience a entender que va a ser maravillosamente excitante que subas encima de él y lo cabalgues. Acaríciale, susúrrale cosas al oído, con tus senos y tus pezones efectúa trazos de caricias sobre su vientre y su pecho, excítale con la lengua. Súbete encima de él y frota su polla con tu vulva a lo largo de él. Cuando los dos estén preparados para la penetración (tú húmeda y él en erección), aplica un tanto de lubrificante en su verga, con la mano, moviéndola cara arriba y cara abajo. Habla con él a lo largo de todo este proceso. Explícale lo que haces. Si bien lo sepa y lo sienta, el oírtelo contar va a aumentar su excitación sexual. En esta fase, suele tratarse de un emplazamiento próximo al Ambiente de Valor y situado en exactamente el mismo recinto, pues no es de aguardar que cuentes con suficiente Inercia Favorable por del Objetivo para llevarla más lejos. Es totalmente preciso que desde un comienzo de la relación existan reglas claras que permitan a la nueva pareja aceptar un rol positivo frente a los hijos de su pareja, a fin de que éstos puedan aceptarlo(a) más fácilmente. Una vez en la disco, nada más entrar por la pue rta ya estábamos cogidos de la mano y entrelazando los dedos, el test de las palmas de las manos y mi intuición tan desarrollada me decía que era mía, vía libre, nos abrazamos y nos besamos. Objetivo cumplido, ya estaba más relajado, sa biendo que no tendría que volverme en el último metro, como un frusco corrien te, sino que era tan buen seductor como creía, y que era capaz de solventar una posible situación desfavorable, donde otro se podría haber venido abajo, la verdad es que si tras 3 años, volcado en el estudio y la práctica de la seducción, con más de 200 alumn os a mis espaldas, y escribiendo un artículo de seducción, se me escapaba la ocasión de enrollarme con esa preciosidad latina, era para correrme a gorrazos todo el camino a casa, por suerte no fue de esta forma.